"POR LA SALVACIÓN DE LA HUMANIDAD, RECEN TRES AVE MARÍA A LAS CINCO DE LA MAÑANA: POR LA SANTIFICACIÓN DEL CLERO; POR LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES; ...Y POR EL DESCANSO ETERNO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO". Primer dictamen de Jesús, María y José.

Fundamento

Aquí ya entramos en el tópico medular: 
aquí tratamos del fundamento de la Devoción de Jesús, María y José; 
aquí tratamos de La Historia 
(incluyendo mucho de lo que como conceptualización es deducible de ella),
de La Oración, y de La Doctrina.




 LA HISTORIA
-------------------

  De la parte histórica es mucho lo que hay que tratar, tanto que es más lo que ignoramos que lo que sabemos; pero, lo que sabemos deja ver la esencia pura del interés de La Divinidad, lo que sabemos nos permite comprender qué quiere Dios.
  Aquí hemos recopilado, de manera fehaciente, lo que humanamente ha sido posible fehacientemente recopilar; muchas personas sabrán muchas cosas más, por eso aquí se les espera para que aporten sus conocimientos.
  Para nosotros los humanos es muy importante la historia, porque es lo que permite dar forma a nuestros hechos; en otras palabras: conocer para entender y aplicar en consecuencia. Lo que podemos ofrecer está bastante sustanciado; ciertamente hay muchas lagunas en el tratado histórico (puntos oscuros que, siendo ignaros al respecto, no podíamos ni debíamos "aclararlos" con inventos ni suposiciones), no obstante las lagunas tenemos La Historia. Ya la gente que guarda La Historia completa se nos ha ido; así las cosas, no es difícil darse cuenta de que de las tumbas no puede ser posible sacar historia alguna: en las tumbas van quedando las historias siendo dejando de ser. Es posible que quede alguien con datos históricos fidedignos que quiera aportarlos; ¡permita Dios que así sea!. La Historia de Jesús, María y José (desde que ellos vinieron al mundo por primera vez, hasta hoy en día cuando ya han venido por segunda) no nos ha quedado completa; eso es importante recordarlo, para tener buena perspectiva cuando se nos presenten interrogantes. Nuestro conocimiento Histórico-Divino es escueto, a juzgar por la multiplicidad de acontecimientos Sagrados y de gran importancia que por diversas razones no quedaron registrados, o tales registros no han llegado hasta nosotros (y, muchos de los registros con los cuales contamos, nos han llegado plagados de incongruencias que sólo han generado más dudas de las que sin ellos pudieramos haber tenido).
  En el año 1.878 (era cristiana) se inicia una segunda fase en la historia de Jesús, María y José; posteriormente, cuando apenas comenzaba el segundo tercio del siglo XX, así quedaría evidenciado. Algo importante hay que decir acerca de los datos que poseemos sobre esta segunda fase de la historia de Jesús, María y José: aunque no los poseemos en su totalidad, los que poseemos (el escribiente y autor de este sitio web) gozan de sólido soporte y son los que conforman únicamente la totalidad histórica (en la cual es Dolores Rengifo de Ramírez la máxima protagonista) en el libro que es presentado aquí. "Jesús, María y José: Dios en el mundo por segunda vez" es ese libro. (Muchos otros datos, aunque parezcan hermosos, por incertitud no pudieron ser integrados al citado libro; otros muchos no ha sido posible obtenerlos dada la imposibilidad de abordar las fuentes: por extintas, la gran mayoría; por imprecisas, varias; por herméticas, algunas más). Han pasado muchos años invertidos en investigaciones, en comprobaciones, para poder sustentar este trabajo; si bien es cierto que no todo posee sustento físico, sí posee el respaldo moral del escribiente (eso lo da el hecho de haber tenido contacto directo con las fuentes). El firme propósito aquí es mostrar las cosas como fueron, como han sido y como son; eso con pruebas para mostrar (y para solicitar también, llegado el caso), tomando en cuenta que hay muchos a quienes no les gusta las cosas claras.
  El trabajo está contenido en "Jesús, María y Jose: Dios en el mundo por segunda vez" (un libro gratuito, en formato electrónico o físico llegado el caso, cuya autoría es del escribiente de estas líneas).
  "Jesús, María y José: Dios en el mundo por segunda vez" muestra el íntegro vínculo entre La Sacra Familia de Belén y Dolores Rengifo de Ramírez; muestra fehacientemente qué le vuelve a señalar Dios a la humanidad por ésta haberlo olvidado; muestra, terriblemente quizá, la innumerabilidad de vías que pueden ser tomadas por la esencia individual y colectiva del hombre en su constante búsqueda, sea buena o mala. El libro muestra, después del tratado histórico, que Dios tiene mucha gente trabajándole en el mundo y recuenta cómo; muestra el camino, el único entre todos los caminos, que conduce hasta La Santísima Trinidad. ¡Disfrútenlo!.



 LA ORACIÓN
------------------

  Hablemos aquí de las Oraciones de Jesús, María y José: del conjunto de Oraciones a invocar a La Santísima Trinidad (siguiendo su propio dictamen).
  Lo primero que hay que decir, respecto a las Oraciones, es que tenemos un dictamen de rezar todos los días a las cinco de la mañana; es dictamen de Jesús, María y José (ya sabemos por qué y para qué; pero no está de más volver a decirlo).
  Jesús, María y José dejó establecido hasta las Oraciones que quiere que le recemos. Además de la Oración más grande (las tres Ave María), lo cual nos dijo claramente, existen otras Oraciones de gran relevancia; con todas ellas se conforma la Hora de Adoración. La Hora de Adoración es un acto profundo de Oración realizado ininterrumpidamente durante una hora; Jesús, María y José también nos dictaminó realizar ese sublime acto. Además de la Hora de Adoración completa, podemos rezar El Rosario o El Trisagio (mismos que también son parte de la Hora de Adoración).
  Rezar, en el sentido de decir Oraciones a Dios, es conversar con él; es alabarle y adorarle en sentidos y palabras. Ciertamente, hay personas que a su manera le hablan a Dios, aunque no recen; pero no le comunican adoración y alabanza genuinas. Cuando le hablamos a Dios también mediante la Oración, sentimos que, de alguna manera, nuestra conciencia se vuelve activa de verdad; así, ella es el vehículo mediante el cual Dios se comunica con nosotros, él entra en ella para guiarnos y protegernos. Las Oraciones, tales como, por citar algunas, El Ave María, El Padre Nuestro, El Credo, El Yo Pecador, La Salve, etc., poseen un contenido conceptual sorprendente; pese a que no lo entendamos, nos bañan con la bondad de Dios cada vez que las pronunciamos con nuestros labios o con nuestra mente (más aún si ponemos en práctica lo que en práctica con ellas decimos poner), es por ello que muchas personas carentes de mundana erudición pero no de su oficio de oración irradian la pureza que absorven de las Oraciones. Tal vez, al decir esto, no falte alguien a quien le resulte odioso por demás; tal vez quiera inquirir quién ha dicho esas cosas, la respuesta no deja lugar a esperas: simplemente lo dicen las mismas Oraciones. Con transmitir lo que por obligación se debe, no hay pecado de pedantería; Dios no manda a que recemos obligados, como todo, quiere que más bien sea voluntario, es obligatorio que sea de voluntad. Nos dice Jesús, María y José que andemos de Oración en Oración (o, lo que es lo mismo, que recemos constantemente). Cuando pensemos que rezar a Dios no es sino una monótona repetición de contrasentidos, pensemos también que necesitamos nutrientes espirituales, pensemos que también es monótona la ingesta diaria de comida (pero... ¿qué nos pasaría si no comiéramos a diario?; feneceríamos, tal como espiritualmente fenecidas hay algunas personas ya). La Oración es un nutriente complementario para nuestras almas, sin duda, la oración permite a nuestro ser poder tomar otros alimentos con mayor facilidad: el amor; la paciencia; la humildad; la comprensión... Cuando se nos presenta la duda, lo mejor es compenetrarse con la Oración: analizarla; meditar; intentar entenderla y lograrlo. El propósito tiene que ser que, al entender la oración, le digamos a Dios lo que dice la Oración y no sólo la Oración; en otras palabras: la idea es, saber qué dice la oración y expresárselo a Dios, no decirle la Oración sin saber qué estamos expresándole con ella (dado que quizá por insentida entonces tal vez él no la reciba). Es impresionante ver cómo la gente inculta de mundo (ya escasa por cierto) tiene capacidad innata para entender las Oraciones. Quienes no tenemos el privilegio de esas personas, podemos poner nuestra voluntad en acción en procura de entender las Oraciones.
  Cada vez que tengamos angustia, o preocupación, o disgusto, o tristeza, o cualquier sentimiento que percibamos no bueno, recemos; recemos a Jesús, María y José; pidámosle a Dios; conversemos con Dios mediante las claras palabras de la Oración. Empleemos la Oración cual un poderoso recurso generador de bienestar para la humanidad (bienestar espiritual antes que todo). La humanidad clama por sanidad espiritual; mientras eso no sea así, tampoco podrá haber bienestar material real.
  Es de gran satisfacción invitarle a rezar a las cinco de la mañana; a oficiar la Hora de Adoración; a orar con frecuencia: por la petición que manda Jesús, María y José; por todo lo que usted juzgue necesario pedir; por todas las necesidades, por todos los problemas y malestares que le aquejen a usted y/o a los suyos. Si no siente voluntad de hacerlo, no lo haga; en cualquier caso reciba usted la bendición de Jesús, María y José.



 LA DOCTRINA
----------------------

  ¿Qué puede decirse?. Hablar de la Doctrina de Jesús, María y José (además de una dicha inmerecida) es sin duda una concesión Divina.
  ¿Qué pasaría si nosotros pudiéramos oír, con nuestros propios oídos, las palabras de Dios?; es bienaventuranzas lo que posee quien pueda dar fiel respuesta, el escribiente no la tiene ni remotamente. Como no ha sido posible, que Dios nos hable directamente y que nosotros lo oigamos, él ha empleado diversos recursos para poder comunicar sus mensajes generación tras generación; que la raza humana lea y escriba es uno de esos recursos. Sí, ¿cómo negarlo?, es muchísimo lo que el hombre ha escrito acerca de Dios: la historia; las revelaciones; las presentaciones; las enseñanzas; miles de análisis de todo tipo (por no caer en la aventura de hablar de millones); complejas ciencias teológicas; grandes tratados, de corte monoteístas unos, politeístas otros; y... mejor paremos de enumerar. Con prestarle atención sólo a eso no puede menos que manar una respuesta: ¡...claro que Dios sí existe!, y, nadie lo puede evitar, aun con "sustentadas" negativas. Creer o no creer sólo marca el nivel de percepción de cada quien. Dios se ha comunicado, directamente, con muchas personas, no cabe duda (de ello ha quedado constancia); incluso es posible que haya habido comunicaciones Divinas directas quedadas en absoluto silencio.
  Lo sucedido con Dolores Rengifo de Ramírez fue una comunicación Divina directa, precisamente; pero ella no es otra persona que recibe comunicaciones de Dios, no. Dolores Rengifo de Ramírez ha sido contactada por Dios de manera diferente: Dios ha clarificado su identidad frente al mundo mediante ella; Dios no se ha comunicado con ella como Cristo, ni como la Virgen en una u otra advocación específica, ni como El Espíritu Santo, ni como San José, no, no. Resulta que El Espíritu Santo (Dios), Trino y Uno inmerso en sus Tres Personas (Jesús,María y José), se nos transmitió en Dolores Rengifo de Ramírez (manifiestamente lo hizo durante casi veinticuatro años); fue así, en parciales de ese tiempo, como le suministró a Dolores Las Sagradas y Claras Doctrinas que ordenó diseminar por todo el mundo. Las Doctrinas de Jesús, María y José son Palabras directas de y desde La Santísima Trinidad; son conversaciones claras de Dios con nosotros; en ellas hay muchas de las exposiciones y demostraciones Divinas que, muchos de sus fieles de la humanidad, aún están esperando. Estas Sagradas conversaciones (Las Doctrinas de Jesús, María y José) son el saber y el dictamen Divinos transmitidos mediante Dolores y contenidos en escritura; son el producto de la ya consumada segunda venida de Dios, no como Cristo con forma de hombre sino completo, en Espíritu tal de verdad lo anunció.
  Es motivador de alegría suma poder invitar a leer las Sagradas Doctrinas de Jesús, María y José; siempre en el deseo de que quienes las lean disfruten su lectura y acaten sus preceptos. Usted, que ha entrado a este sitio, siéntase con la invitación a leer y a analizar las Doctrinas; si no siente voluntad de hacerlo, no lo haga; en cualquier caso reciba usted la bendición de Jesús, María y José.